"No es el sexo que está posicionando a la mujer, sino más bien las cualidades femeninas aprendidas a lo largo de muchos años, pero jamás aplicadas al mundo empresarial."
¿Y cuáles son esas cualidades?
Mientras que algunos hablan de la necesidad de un perfil bajo en a la forma de liderar, nos planteamos el estilo femenino. Albergamos en nosotros la dualidad. Ambos, hombre y mujer poseemos cualidades masculinas y femeninas. Lo que sucede es que en nuestra crianza nos van condicionando. Nos enseñan a dividirnos por género y no a unir nuestras habilidades.
El estilo femenino sugiere unas cualidades como la paciencia, la cooperación, la amabilidad, comprensión, etc. Esto hace posible el ser firme y amable a la vez; al igual que el hecho de ser paciente y determinado. Asà es la manera femenina de liderar: fortaleza interna revestida de dulzura. Es un cambio de paradigma, principalmente dentro de una cultura machista. Otra gran diferencia es que este liderazgo femenino ve la esencia, el otro la forma.
Integración de las cualidades masculinas-femeninas:
Razón - Emoción Cabeza - Corazón Pensar - Sentir TeorÃa - Práctica Conocimiento - Experiencia Palabra - Imagen Acción - Silencio Firmeza/Disciplina - Paciencia
Cambio de paradigma
Reemplaza la idea de que el lÃder es intocable, emocionalmente distante, agresivo, aquél que toma todas las decisiones como en un ejército, cuya meta principal es vencer y triunfar sobré sus adversarios, por la siguiente forma:
— El lÃder debe servir, cuidar, amar y ser un ejemplo.
— Motivar en vez de controlar.
— Inspirar confianza en vez de buscar la popularidad.
— Facilitar la aparición de nuevas ideas y estructuras.
— El liderazgo debe estar basado en los valores éticos.
CaracterÃsticas femeninas de administrar:
— -Son objetivas, detallistas, perseverantes.
— Poseen estilo cooperativo.
— Disposición para trabajar en equipo y dividir la toma de decisiones.
— Administran los conflictos para mantener la armonÃa entre los integrantes del equipo.
— Lideran sin dar muestras innecesarias de su poder.
— Convierten a sus opositores en aliados.
— Capacidad para escuchar sugerencias y crÃticas de los subordinados.
— Usan la intuición en el análisis y la solución de problemas.
Tal vez sean estas caracterÃsticas unidas a los grandes cambios que estamos viviendo los que hayan determinado el incremento de puestos de trabajo ocupados por mujeres.
Ya para terminar un tema importante y delicado: el espacio de la mujer: "El problema no es que el hombre crea que la mujer sea inferior, lo peor de todo es que nosotras no sólo lo creemos sino que perdemos nuestro auto-respeto hasta realmente creer que nosotras no tenÃamos la capacidad intelectual para hacer un trabajo como el hombre."
Se habla mucho de abrir un espacio para que la mujer ejerza el liderazgo. Están equivocados, pues éste ya existe; lo que cada mujer debe hacer es simplemente reconocer su potencial, su dignidad como un ser humano con un papel especial dentro del desarrollo social y empezar a ocupar un espacio que le está reservado. Esto debe hacerse sin buscar aprobación, pues ésta es reflejo de inseguridad y, entonces su liderazgo estarÃa destinado al fracaso, pues no se lidera a sà misma primero. Se hace necesaria la autoafirmación, no sólo la afirmación. Junto a la cuestión de espacio, también se habla mucho de igualdad pero, entonces nos preguntamos: ¿No serÃa este un camino equivocado?
En realidad no es eso lo que verdaderamente se busca. Lo que todo ser humano busca es descubrir la manera más efectiva de contribuir con la familia, con la sociedad, con la nación. Porque todos tenemos esa necesidad de sentirnos útiles. La mujer tiene un papel muy especial y muy importante por desempeñar. Le está reservado su propio espacio. No hay que buscar la competencia, o llegar a ser igual al hombre. La realización de un ser humano no está en ser igual a otro, sino en ser original y auténtico.
¿Y cuáles son esas cualidades?
Mientras que algunos hablan de la necesidad de un perfil bajo en a la forma de liderar, nos planteamos el estilo femenino. Albergamos en nosotros la dualidad. Ambos, hombre y mujer poseemos cualidades masculinas y femeninas. Lo que sucede es que en nuestra crianza nos van condicionando. Nos enseñan a dividirnos por género y no a unir nuestras habilidades.
El estilo femenino sugiere unas cualidades como la paciencia, la cooperación, la amabilidad, comprensión, etc. Esto hace posible el ser firme y amable a la vez; al igual que el hecho de ser paciente y determinado. Asà es la manera femenina de liderar: fortaleza interna revestida de dulzura. Es un cambio de paradigma, principalmente dentro de una cultura machista. Otra gran diferencia es que este liderazgo femenino ve la esencia, el otro la forma.
Integración de las cualidades masculinas-femeninas:
Razón - Emoción Cabeza - Corazón Pensar - Sentir TeorÃa - Práctica Conocimiento - Experiencia Palabra - Imagen Acción - Silencio Firmeza/Disciplina - Paciencia
Cambio de paradigma
Reemplaza la idea de que el lÃder es intocable, emocionalmente distante, agresivo, aquél que toma todas las decisiones como en un ejército, cuya meta principal es vencer y triunfar sobré sus adversarios, por la siguiente forma:
— El lÃder debe servir, cuidar, amar y ser un ejemplo.
— Motivar en vez de controlar.
— Inspirar confianza en vez de buscar la popularidad.
— Facilitar la aparición de nuevas ideas y estructuras.
— El liderazgo debe estar basado en los valores éticos.
CaracterÃsticas femeninas de administrar:
— -Son objetivas, detallistas, perseverantes.
— Poseen estilo cooperativo.
— Disposición para trabajar en equipo y dividir la toma de decisiones.
— Administran los conflictos para mantener la armonÃa entre los integrantes del equipo.
— Lideran sin dar muestras innecesarias de su poder.
— Convierten a sus opositores en aliados.
— Capacidad para escuchar sugerencias y crÃticas de los subordinados.
— Usan la intuición en el análisis y la solución de problemas.
Tal vez sean estas caracterÃsticas unidas a los grandes cambios que estamos viviendo los que hayan determinado el incremento de puestos de trabajo ocupados por mujeres.
Ya para terminar un tema importante y delicado: el espacio de la mujer: "El problema no es que el hombre crea que la mujer sea inferior, lo peor de todo es que nosotras no sólo lo creemos sino que perdemos nuestro auto-respeto hasta realmente creer que nosotras no tenÃamos la capacidad intelectual para hacer un trabajo como el hombre."
Se habla mucho de abrir un espacio para que la mujer ejerza el liderazgo. Están equivocados, pues éste ya existe; lo que cada mujer debe hacer es simplemente reconocer su potencial, su dignidad como un ser humano con un papel especial dentro del desarrollo social y empezar a ocupar un espacio que le está reservado. Esto debe hacerse sin buscar aprobación, pues ésta es reflejo de inseguridad y, entonces su liderazgo estarÃa destinado al fracaso, pues no se lidera a sà misma primero. Se hace necesaria la autoafirmación, no sólo la afirmación. Junto a la cuestión de espacio, también se habla mucho de igualdad pero, entonces nos preguntamos: ¿No serÃa este un camino equivocado?
En realidad no es eso lo que verdaderamente se busca. Lo que todo ser humano busca es descubrir la manera más efectiva de contribuir con la familia, con la sociedad, con la nación. Porque todos tenemos esa necesidad de sentirnos útiles. La mujer tiene un papel muy especial y muy importante por desempeñar. Le está reservado su propio espacio. No hay que buscar la competencia, o llegar a ser igual al hombre. La realización de un ser humano no está en ser igual a otro, sino en ser original y auténtico.
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